viernes, 5 de junio de 2015

América tiene que cambiar su mentalidad.




Tanto América del Norte como América del Sur tienen que cambiar su mentalidad si quieren restablecerse y profundizarse las relaciones entre ambas, afirmó a Sputnik Nóvosti Dan Restrepo, seis años asesor de Obama en temas latinoamericanos.

Restrepo, que fue asistente presidencial especial y director de asuntos del hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de marzo de 2009 a 2012, reconoció las críticas hacia EEUU, pero también señaló que "existía la tradición de echarle la culpa a los EEUU por todos los problemas de la región y a la vez pensar que todas las respuestas a esos problemas debían venir de los EEUU".
Eso demanda, en su opinión, un cambio de mentalidad en el Norte, pero también en el Sur.
"Eso es lo que queda por hacer, y eso no cambia de un día al otro", puntualizó.
El cambio más profundo en los dos últimos mandatos de Obama, según Restrepo, ha sido el "de una mentalidad de dueño a la mentalidad de socio”.

Obama reconoció esa realidad desde el principio, "reconoció la interconexión profunda que existe entre los EEUU y los demás países en el Hemisferio; y empezó un proyecto de modernizar la relación, convertir a los EEUU en un país que se siente socio con los demás países de la región y no dueño de la región".


Por eso su legado “es la modernización de la relación entre EEUU y los demás países del continente; y digo con los demás países de la región porque EEUU forma parte de las Américas, con la población latina que tenemos".

Sin embargo, "ha quedado pendiente profundizar este cambio de los EEUU, que realmente se sientan socios y no dueños de la región; pero también está pendiente que eso se reconozca en la región, donde aún prevalecen muchos hábitos que se formaron a lo largo de 50 y hasta 200 años", admite Restrepo, de origen colombiano.


El tema de la inmigración tiene un gran impacto en EEUU, pero también en los países de la región, en particular los más cercanos: México, los Estados de Centroamérica y de la cuenca del Caribe; y tiene un efecto más simbólico para los países sudamericanos con poblaciones importantes en EEUU.
"La clave es el mensaje de que existe un sistema tan quebrado, que es disfuncional, que arreglar eso sería un impulso muy importante en la nueva relación bilateral de los EEUU con los demás países de las Américas"




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